lunes, 16 de abril de 2012

16 de Abril,Día contra la Esclavitud Infantil

Hoy 16 de abril se cumplen ya nueve años desde la muerte de Iqbal Masih, un niño paquistaní de 12 años de edad que fue asesinado por las mafias tapiceras de su país. Iqbal fue un niño esclavo que trabajaba de 12 a 14 horas todos los días haciendo alfombras por menos de un dólar. Cansado de ser esclavo y de ver cómo miles de niños/as sufrían lo mismo que él, embarcó su vida en luchar contra el drama de la esclavitud infantil. Recorrió todo el mundo denunciando esta injusticia ante organismos internacionales, políticos... Armó un gran revuelo. Sin duda la actitud de Iqbal no gustaba a las grandes compañías multinacionales que se beneficiaban del trabajo esclavo de miles de niños/as. Había que parar a este niño. Y no se sabe muy bien cómo, pero un día apareció muerto.
Lo peor de todo esto es que hoy siguen existiendo en el mundo más de 400 millones de niños esclavos que hacen nuestra ropa, nuestros ladrillos y tejas, nos preparan el desayuno, hacen los balones con los que jugarán nuestros hijos. Y de alguna manera estamos silenciando este drama cuando decimos que son niños/as trabajadores y no esclavos, cuando decimos que son los gobernantes los que se tienen que ocupar de esto, cuando decimos que no se puede hacer nada, y mucho peor cuando decimos que por lo menos trabajan y tienen algo para comer. 
Que los niños trabajen es inmoral, lo que tienen que hacer es jugar y estudiar. Quizá todo nuestro silencio no sería tal, si pensásemos que uno de esos niños fuera nuestro hijo. Haríamos todo lo posible para que saliera de esa situación. Hoy los niños esclavos necesitan nuestra solidaridad, entendida como compartir hasta lo necesario para vivir. Iqbal Masih luchó contra la esclavitud infantil y le mataron.
Hagamos del 16 de abril el día mundial contra la esclavitud infantil para no olvidar el testimonio de este niño y para recordarnos cada año, cada día, cada hora, que nuestro consumo está siendo sustentado por el trabajo de niños esclavos.
Los jóvenes españoles son la primera generación en la historia de nuestro país que van a vivir una estructura laboral y socioeconómica mucho peor que la de sus padres y que, además, están desarmados en cuanto a una capacidad de lucha organizada, ya que los sindicatos sólo son burócratas de los que nada se puede esperar.
En la actual situación de crisis, la desesperanza es comprensible. Por eso es importante homenajear a jóvenes como Iqbal, que perdió su vida luchando contra la injusticia en este mundo de enriquecidos y empobrecidos, que sólo tiene solución desde la solidaridad.

 Si queremos, podemos acabar con esto.

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